Impresiones de la demo de Final Fantasy XIII
Finalmente una demo de Final Fantasy XIII salió recientemente como adicional con la edición Blu-Ray de la película Final Fantasy Advent Children. La llegada a la nueva generación de consolas de la mítica saga de RPGs de Square Enix aún no esta completa, y la demo deja un sabor extraño debido a las limitaciones, pero los valores de producción hablan por sí solos, Final Fantasy XIII apunta a ser uno de los nuevos clásicos indiscutibles.
Desde el principio nos encontramos ante una obra de Square Enix, esto quiere decir que las escenas cinemáticas en CG son extensas y espectaculares, con efectos luminosos deslumbrantes y una ambientación y apartado sonoro y musical envolventes, que nos sitúan en un tren rodeado de figuras encapuchadas.
La demo nos muestra este expreso dirigido hacia la colonia de Pulse, con prisioneros de la zona conocida como Cocoon, y a nuestra hermosa protagonista, Lighting.
El modo de combate, pese a los cambios implementados en el Final Fantasy XII que agradaron a nuevos jugadores y disgustaron a los más tradicionales, vuelve a un sistema por menús, donde nuestras opciones se limitan a escoger las acciones que queremos realizar.
Los combates recuerdan al Chrono Cross, siendo que entramos a la pantalla de pelea tras chocar con los enemigos y ellos pueden descubrirnos y perseguirnos, el juego avisa con un signo de admiración que hemos sido vistos.
El menú de combate incluye tres “slots” (espacios) que a medida que se van llenando permiten añadir acciones, como magias y ataques, pero que aún no parece demasiado elaborado. Los desarrolladores prometen la posibilidad de encadenar acciones, pero la demo ha dejado más bien una sensación de ataques sueltos.
De todas maneras, y pese a la crudeza del primer acercamiento, Final Fantasy XIII demuestra un apartado gráfico impresionante y la Play Station 3 responde de manera más que adecuada al correr sin demoras los escenarios, cargar los personajes y ubicarnos en un mundo fantástico y de ciencia ficción repleto de misterios.
Vía: Vandal