Análisis de Tales of Destiny, PSOne
Continuando con la saga Tales de Namco Bandai, le toca el turno al segundo título, Tales of Destiny, lanzado en 1997 para Play Station y en 2006 en exclusiva para Japón con una remake para la Play Station 2.
Uno de los detalles más importantes del título es la introducción animada, a cargo del prestigioso estudio de animación Production I.G, que nos presenta una serie de imágenes del mundo fantástico donde habitan los Aether y los Erther.
Las luchas pasadas entre ambos bandos, así como la creación de armas especiales denominadas “Swordian”, son el motor de las aventuras de Stahn Aileron y sus amigos, mientras buscan descubrir los secretos detrás de la creación de las Swordian (que encierran en su interior espíritus de personas de gran poder) y de las batallas que se están librando en el presente, mientras una fuerza oscura busca volver a poner al mundo al borde de la destrucción.
El apartado gráfico de Tales of Destiny presenta un estilo similar a su antecesor, Phantasia, con más colorido en los sprites y un sistema de pelea más veloz y detallado, con efectos especiales para las magias y poderes especiales que juegan mucho más con las capacidades de la Play Station.
De todas maneras, el sistema de combate sigue respetando los lineamientos establecidos en el primer Tales, el denominado Linear Motion Battle System (LMBS), con una pantalla en 2D en la cuál nuestros personajes y oponentes actúan en tiempo real y en base a nuestras órdenes específicas o a preceptos tácticos configurados de antemano.
Tales of Destiny nos ofrece una historia más fantástica, con un desarrollo de personajes elaborado y una ambientación muy lograda, en la que se ve a las claras el proceso de maduración de una saga que rompe moldes en el seno de los RPG.
Vía: RPGdreamers