Análisis Blue Dragon Xbox 360

Blue Dragon, Xbox 360, 2006, fue el intento de una figura en la industria de los video juegos por llevar un juego con la estética y dinámica de los RPGs japoneses junto con la consola de nuevo generación de Microsoft, un intento que al día de hoy sigue siendo inútil, ya que los japoneses no han tenido la respuesta esperada ante ninguna de las dos consolas que Bill Gates y sus muchachos han sacado al mercado.

Al margen de las condiciones de la consola y demás, hay que decir que Blue Dragon es una super producción y un gran RPG. Nace de la idea y el diseño argumental de Hironobu Sakaguchi (el creador de la saga Final Fantasy) y cuenta con diseño de personajes del aún más mítico Akira Toriyama (Dragon Ball, Dr. Slump).

Mistwalker, la compañía creada por Sakaguchi tras su alejamiento de Squaresoft, se dedica de lleno y nos ofrece un RPG de vieja escuela. Batallas por turnos, diferentes debilidades y fortalezas en un sistema de magias elementales, enemigos rondando por el escenario (en una movida que nos recuerda al Chrono Cross, donde podíamos evitar las batallas al no entrar en contacto con los enemigos) y un sistema de “Sombras” que le agregan una cuota de complejidad a la personalización de cada personaje.

Las Sombras son, además de una de las bases de la historia, seres que residen en los espíritus de los integrantes del grupo y les permiten aprender distintas habilidades. Existen diferentes clases de Sombras, Dragones, Fénix, Murciélago, Tigre, y cada una de ellas va aprendiendo diferentes habilidades que pueden ser intercambiadas en cualquier momento. Esto conlleva un grado de personalización y equipamiento muy particular para cada situación, cosa que le da mayor duración a Blue Dragon. Pudiendo pasarnos horas para aprender las técnicas de cada Sombra y fortalecer a nuestro personaje.

Vía: 3Djuegos

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